Durante el 2024, en la Sede del Seminario Catequístico de Villa Soldati, con un grupo de 5 egresadas y egresados conformamos una pequeña comunidad de catequistas que pueda ponerse al servicio de su comunidad parroquial. Esto es lo que en el IPA denominamos la segunda fase de los Seminarios Catequísticos insertos en comunidades parroquiales de barrios populares. Esta segunda fase se denomina Comunidad de Catequistas.
El primer paso de este proyecto, una vez conformada la comunidad, era precisar cuál iba a ser la misión que las comunidad parroquial nos delegase. En nuestro caso, al menos en este tiempo, los caminos se fueron abriendo por el lado de la pastoral con adultos mayores, que se reveló como una preocupación creciente.
Después de haber hecho una visita a un “comedor de abuelos” local animado por una referente comunitaria, trabajamos en discernir cuáles son las experiencias que más marcan la vida de estos/as adultos/as mayores, qué Buena Noticia nos da Dios en sus vidas y qué Buena Noticia tenemos para compartir con ellos/as. Y desde ese discernimiento nos propusimos ofrecer algún servicio catequístico-pastoral concreto antes de que termine el año.
El primer paso de este proyecto, una vez conformada la comunidad, era precisar cuál iba a ser la misión que las comunidad parroquial nos delegase. En nuestro caso, al menos en este tiempo, los caminos se fueron abriendo por el lado de la pastoral con adultos mayores, que se reveló como una preocupación creciente.
Después de haber hecho una visita a un “comedor de abuelos” local animado por una referente comunitaria, trabajamos en discernir cuáles son las experiencias que más marcan la vida de estos/as adultos/as mayores, qué Buena Noticia nos da Dios en sus vidas y qué Buena Noticia tenemos para compartir con ellos/as. Y desde ese discernimiento nos propusimos ofrecer algún servicio catequístico-pastoral concreto antes de que termine el año.
Fue un encuentro con unas 25 adultas mayores; tomó forma el jueves 19 de diciembre por la tarde. En el contexto de la cercanía de la Navidad y a partir de una canción, pusimos en común lo que nos suscita esta fiesta. En muchos casos se trata de realidades dolorosas.
Al preguntar qué signos de esperanza reconocían en medio de ese clima surgió con mucho énfasis el hecho mismo de que existiera ese espacio semanal de acompañamiento mutuo, gracias al servicio desinteresado de Marta, la referente del comedor.
A través de esta nota queremos agradecer a todas las adultas mayores que nos recibieron, nos abrieron las puertas de sus historias de vida y nos regalaron en esas vidas un eco de la Buena Noticia de Jesús. Por nuestra parte, esperamos haber podido contribuir para hacer de esta Navidad una celebración que nos ayude a recordar que Dios siempre está con nosotros, a nuestro lado, naciendo una y otra vez siempre en el lugar más frágil..



